Estás durmiendo con un velador prendido y no me animo a despertarte, entonces me quedo en el sillón que no está a los pies de la cama sino al lado.
Hace frío pero no hay ninguna frazada.
Te despertás, y no te parece extraño que esté ahí, pero me decís que me quede en el sillón, que estoy en penitencia (juro que decís esa palabra: "penitencia").
Al rato te doy pena porque un poco que estoy temblando de frío y me das una frazada, muy linda! es como de abuela, tejida a mano, son cuadros de crochet de colores unidos, es de dos plazas la frazada.
Me quedo ahí durmiendo, vos también, ya te volviste a dormir.
En un momento me despierto y me doy cuenta de que me tengo que ir.
Me paro despacito y cuando me estoy yendo me abrazas, y me decís que me quede a dormir en la cama.
No hay comentarios:
Publicar un comentario